El 20 de julio de 1872, el presidente Manuel Murillo Toro colocó la primera piedra del monumento. Este hecho fue registrado en una crónica narrada por José María Cordovés Moure:
El obelisco es un símbolo de memoria y de poder. Se trata generalmente de un pilar muy alto, un único bloque macizo de piedra cuyas cuatro caras son todas iguales. Los primeros que se conocen son aquellos realizados como homenaje a Ra en el antiguo Egipto – el dios Sol, símbolo de poder de lo que une al dios Sol con el faraón. Con el tiempo, los romanos adoptaron esta forma celebrativa y la relación entre el símbolo y quien detenta el poder. Así, los usos van adquiriendo diferentes connotaciones y en este caso, el obelisco conmemora la presencia de los mártires con el proceso de independencia, origen de la Nación. De aquí la placa en mayúsculas:
DULCE ET DECORUM EST PRO PATRIA
En total son 55 los mártires que hacen parte de este monumento, hecho con sus nombres, sacrificados, entre 1816 y 1819, durante la campaña de restauración de española. Aunque el monumento no conserva ninguna reliquia, en los ángulos del pedestal, sobre bases cilíndricas se encuentran cuatro urnas funerarias con los nombres de Caldas (Francisco José), Baraya (Antonio), Torres (Camilo) y Policarpa Salavarrieta.
Entre los 55 mártires, sobresalen además las figuras de Antonia Santos, Mercedes Ábrego, Carlota Armero, Rosa Zarate, María López, Mercedes Abrego y, por supuesto, Policarpa Salavarrieta. En este contexto se trata de uno de los pocos monumentos que reconoce la importancia de la participación de estas mujeres durante la Independencia. Hoy sabemos que fueron muchas más las que participaron desde las más variadas clases y grupos sociales, en actividades que van de el espionaje a la toma de las armas en la primera línea de combate.
El sabio mártir
La presencia del nombre de Salvador Rizo, dentro del grupo de mártires, es significativa, por una parte, porque se trata de un afrodescendiente, grupo étnico cuya participación se tendió a disminuir en la memoria, en el ejercicio de favorecer la presencia protagónica de los criollos blancos; por otra, porque antes de devenir un mártir-patriota, gracias a sus capacidades intelectuales y artísticas fue una pieza fundamental de la Expedición Botánica liderada por José Celestino Mutis.
El clérigo mártir
La participación en las campañas independentistas cubrió todo tipo de sectores sociales e incluso el clero estaba dividido entre patriotas y realistas. La presencia de Juan Nepomuceno Azuero en el elenco de los mártires, da cuenta de ello.
El criollo mártir
Dentro del numeroso grupo de criollos que hacen parte del elenco de mártires, un lugar importante lo ocupa José María Carbonell, cuyas iniciativas y liderazgo en pro de la Independencia, lo convirtieron en objeto de persecución. Al igual que Rizo, hizo parte del grupo de intelectuales de la Expedición Botánica, en la guerra fue capitán de milicias de infantería, partidario de Antonio Nariño y de los centralistas, así como oficial mayor de las reales cajas de Cundinamarca.