El proceso colonial en América Latina y el Caribe reforzó todo un sistema de impuestos que iban desde las cargas llevadas por embarcaciones hasta impuestos sobre tierras y bienes de consumo en las colonias americanas. Manuela Beltrán es un símbolo de valentía y, más allá de su historia personal, representa a todas las mujeres de su época que se atrevieron a levantar la voz contra lo que consideraban una injusticia social.
Este joven santandereano de apenas 32 años había sido delegado capitán de una sección del movimiento comunero, convirtiéndose en líder y símbolo de la revuelta comunera, una rebelión multitudinaria causada por un decreto expedido por la Corona española para el aumento de impuestos en la colonia. Esta ley afectaba todos los aspectos del consumo cotidiano del pueblo, razón que llevó a la población del Socorro a sublevarse.
Entre las peticiones hechas por parte de los comuneros se hallaba: la baja de impuestos, la devolución de ciertas parcelas de tierras a indígenas y mejores posiciones laborales y administrativas para los criollos. Las capitulaciones fueron negociadas y redactadas por varios de los implicados tanto del gobierno como de la comisión de los comuneros. Sin embargo, aunque el gobierno aceptó y firmó los acuerdos, cabe resaltar que luego traicionaron a la contraparte y no sólo no cumplieron lo estipulado en las capitulaciones, sino que emitieron órdenes de captura para varios de los miembros de la revuelta, entre esos, Galán.