Porque tal gesto ha representado y representa todavía hoy la capacidad meditativa del sujeto al cual se rinde homenaje, indica potencia del pensamiento y grandes capacidades deductivas, así como ingenio y perspicacia. Todas, cualidades que hicieron parte de la figura histórica de Caldas. La representación más famosa de este tipo se encuentra en la famosa escultura de Rodin “Le Penseur”, cuya cualidad, como han sostenido numerosos filósofos, es aquella de pensar con todo el cuerpo.
Mientras que la mano derecha indica las grandes capacidades intelectuales de Caldas, la mano izquierda indica la comunicabilidad de su pensamiento, en particular a través de dos de sus más importantes publicaciones tanto a nivel científico, como político: El Semanario del Nuevo Reino de Granada (1808-1810) y el Diario Político de Santafé (agosto 1810-febrero 1811).
Al igual que en la pintura de Alberto Urdaneta “Caldas Marcha al suplicio” (1880) y en general, en muchas de sus representaciones iconográficas, el monumento recuerda a Caldas como un criollo elegante, que camina erguido, porque cree tanto en las ideas que defiende, en cuanto científico, como en aquellas que promulga en cuanto hombre político, artífice del proyecto republicano y de la libertad de producir conocimiento autónomo en América.
La figura de Caldas y sus conocimientos geográficos, climáticos, cartográficos, botánicos y astronómicos, lo asociarán de manera definitiva a la figura del globo y al uso de un instrumento como el compás de medición, para sintetizar todas estas formas de saber y todos los posibles instrumentos utilizados y creados por el Sabio a lo largo de su vida. Esto también se puede ver, por ejemplo, en el billete de 20 pesos que circuló en Colombia entre los años sesenta y setenta del siglo XX.