La marimba es un xilófono montado sobre una estructura que puede colgarse o suspenderse sobre un esqueleto de madera. Está constituido por una serie de tablillas de chonta o palma de chontaduro, con resonadores de tubos de guadua puestos en sentido vertical. En la construcción de marimbas tradicionales no se utilizan medidas estandarizadas o temperadas. No hay una afinación absoluta común; es decir, las marimbas entre sí no tienen los mismos tonos, varían entre regiones e incluso entre las marimbas hechas por un mismo constructor.
Los orígenes de la marimba se remontan a África, a donde llegaron procedentes “del sudeste asiático (de tablillas de piedra) y tuvieron que remontar el océano Índico hasta Mozambique y luego trepar al continente africano para convertirse en diferentes instrumentos”. En América fueron reconstruidas por los esclavizados y atravesaron nuevas adaptaciones, entre otras cosas, por el contacto con indígenas y españoles, así como por la materialidad del nuevo contexto: cuando la palma de chonta y la guadua se convertirán en las materias primas fundamentales para construir el instrumento. Es y será el Pacífico colombiano la región donde la marimba cuenta su historia de mayor duración.
Son los guardianes de un saber ancestral, transmitido de generación en generación por los mayores. Conocen los secretos de los bosques y de los ciclos de la naturaleza, así como las plantas para obtener los mejores elementos y del proceso de construcción para generar el mejor sonido. Cuenta Elkin Mina, nieto de Silvino Mina, reconocido constructor de marimbas en Guapi que: “La chonta tiene que cortarse en luna menguante, si es en otro estado, no sirve porque le cae gorgojo rápido, se daña la chonta y no dura. Pero si es en menguante la chonta le dura tiempo, se dañan primero las tablas y la madera, pero la chonta no” (RTVC 2018).
Las músicas interpretadas por los grupos de marimba son el bambuco viejo, currulao, pango, juga, caderona, rumba y andarele.
Las jugas y bambucos viejos son los más importantes rítmicamente: en compás de 6/8 [ternario], las jugas se caracterizan por tener un ritmo armónico más lento que los bambucos viejos, y mientras las jugas comienzan con una serie de estrofas antes de llegar a la sección responsorial, los bambucos viejos comienzan con unos gritos, glosas o ‘chureos’ de la voz principal para luego entrar directamente el responsorio. Por último, las rumbas, que son un género de reciente aparición, se distinguen fácilmente por tener una clara influencia de la salsa tanto en la parte rítmica como melódica (Ochoa 2012).
Cuando suena la marimba resuena el Pacífico sur. Esclavizados y esclavizadas, así como sus descendientes, fueron quienes se asentaron inicialmente, arrastrados allí para la explotación de yacimientos mineros en los interfluvios, en la zona alta de los ríos.
En 2009 la marimba y los cantos tradicionales del Pacífico sur de Colombia fueron incluidos en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial en el ámbito nacional. Un año después se incluyeron en el Patrimonio de la Humanidad. Desde julio del 2010 la marimba integra el Plan Especial de Salvaguardia en los planes de desarrollo municipal y departamental de las zonas de las cuales hace parte.
El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, el cual existe desde 1997 en Cali para visibilizar y reconocer la música de dichas zonas del territorio nacional. Actualmente, tiene 4 categorías (violines caucanos, marimba y cantos tradicionales, chirimía y formato libre) y se premia a intérpretes y grupos. Para Hugo Candelario, este festival “abre una ventana a la cultura del Pacífico por donde sale la energía del siglo ahí condensada. Ahora la gente ya sabe que hay pasillo, andarele, bunde, juga, patacoré, bereju, pango, currulao, bambuco viejo y que todos son ritmos tradicionales de la música del litoral Pacífico”.